Pep Carrió (Palma de Mallorca, 1963) es ilustrador, editor, coleccionista de objetos encontrados y escultor, entre otras cosas. Cuando habla por teléfono, no deja de dibujar. Las ilustraciones que emergen de esta actividad automática están hechas de líneas trazadas con un rotulador negro que no parecen tener principio ni fin. Figuras humanas, rostros, pájaros, peces, ramas, ríos y flores conforman un relato inconsciente, un paisaje fantástico. Al otro lado de la línea se encuentra el espectador. El artista le tiende un rotulador de color y le propone un reto. Que abandone su actitud contemplativa y pasiva e intervenga en la obra, completando el dibujo y añadiendo color al paisaje. Al hilo de los días, el mural se irá transformando con la aportación de los visitantes, niños y adultos, y surgirán nuevas ensoñaciones.