Juana de Castilla. Un personaje que, de haberlo conocido Shakespeare, sería sin duda la protagonista de una de sus grandes tragedias. Una mujer, una reina destrozada emocionalmente por sus grandes contradicciones, por su rebeldía, por su fuerte personalidad y por un enorme desequilibrio afectivo que cristaliza en ese paseo por el amor y la muerte que es su matrimonio con Felipe de Habsburgo. La leyenda popular y el morbo enfermizo, acumulado durante años alrededor de su personaje, han sido inspiración para obras de teatro, series de televisión y películas. Pero yo siempre eché en falta un tratamiento más profundo y justo con tan extraordinario personaje.
Ernesto Caballero plantea desde reflexiones de una gran contemporaneidad todas las grandes preguntas de una época marcada por la intolerancia religiosa, la corrupción política y la ambición desmesurada de una monarquía absolutista cuyos ecos, por desgracia, aún resuenan en nuestros días. Nada hubiera sido posible sin la pasión de dos productores de raza, Juanjo Seoane y Alejandro Colubi, que han puesto su gran experiencia al servicio de este proyecto. Y desde luego sin una grande de la escena española, Concha Velasco, que es la razón última de este entusiasmo que nos invade a todos. Es ella con su talento, su humanidad, su complicidad con el mejor teatro, su inteligencia y su total entrega desde el primer día, la luz que ilumina las partes más oscuras y dolorosas de un personaje que parece hecho a su medida.
Gerardo Vera
Autor: Ernesto Caballero
Dirección: Gerardo Vera
Reparto: Concha Velasco